La calabaza nos da mucho juego en la cocina, con ella podemos preparar tanto platos salados como deliciosos postres.
Además es una hortaliza muy saludable, es baja en calorías y un producto económico. Por lo que debemos incluirla en nuestra dieta al menos un par de veces por semana.
La calabaza es perfecta para preparar cremas, panes, masas, flanes, bizcochos… y un largo etcétera, ya que es una hortaliza que pega con todo. Y no sólo nos aporta a nuestras recetas sabor, sino también cremosidad y ¡color!
Así que yo te recomiendo que tengas siempre a mano en tu despensa puré de calabaza, ya que será un maravilloso recurso para tu cocina.
¡VAMOS A ASAR LA CALABAZA!
Cortamos la calabaza en trozos y la ponemos en una bandeja de horno con la piel hacia arriba y horneamos a 200 grados durante una hora, o hasta que veamos que está blandita.
No le pondremos ni aceite ni sal para que nos pueda servir tanto para preparar platos salados como dulces.
Dejamos enfriar y retiramos la piel, y pondremos la pulpa en un bol.
A continuación la pasamos por el robot de cocina para hacerla puré.
Podemos guardarla en bolsas para congelar o en botes al baño maría.
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